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1. Las organizaciones son organismos sociales vivos, integrados por seres humanos cuya presencia y actividad es soportada principalmente por recursos, tecnología y liderazgo.
2. Las organizaciones existen para generar y aportar al entorno diferentes tipos de valor. Parte importante de ello es la creación de espacios donde las personas que las integran se ganan la vida, trabajando y aportando valor de interés social con su trabajo.
3. Son las personas, y únicamente ellas, quienes hacen y logran todo lo que una organización aporta al contexto en forma de valor.
4. Tanto en lo que son, hacen y logran las personas, como en lo que son, hacen y logran las organizaciones, se genera en sus entornos un grupo de percepciones y emociones de diversa índole, basadas fundamentalmente en el valor aportado por ellas, o en su ausencia. Dichas percepciones y emociones constituyen un insumo clave de lo que conocemos como marcas personales y corporativas, respectivamente.
5. En los diferentes procesos de generación y aportación de valor en una organización, cada persona involucrada en ellos genera su marca personal, y simultáneamente la deja en su entorno. Esto se basa, principalmente, en el impacto producido por su accionar profesional en los procesos, en la calidad relacional que manifiesta en su desempeño, y también en la calidad y pertinencia de los resultados entregados; todo lo cual integra y constituye su aporte personal de valor.
6. La marca corporativa de una organización es, necesariamente, un resultado de la integración de las marcas personales de sus colaboradores. Ellos generan y proyectan esas marcas en y desde los procesos organizativos de toda índole en los cuales intervienen; y los resultados de dichos procesos llevan implícitas sus marcas. Lo que las personas son, hacen y logran, y el modo en que impactan gracias a ello, define el ser, el hacer, el logro y el impacto de la organización, con base en el valor que ella aporta; o sea, su marca corporativa.
7. No hay forma de que una organización provea bienes, servicios, oportunidades, calidad de vida, nivel y prestigio socioeconómico a su entorno, sin que deje en derredor su marca corporativa a través de todo ello. De la calidad de sus contribuciones, la cual es determinada principalmente por el aporte de valor, dependerá el signo, el impacto y el posicionamiento de esa marca.
8. Cuando un colaborador marca a su entorno, sea favorable o desfavorablemente, también lo hace a través suyo la organización en la cual trabaja. Por eso es vital que la gerencia se ocupe de las marcas personales que la integran.
9. La mejor manifestación del verdadero, legítimo y genuino liderazgo gerencial en las organizaciones, sería trabajar para que todos los colaboradores lleguen a ser y dejar su mejor marca dentro y fuera de ellas, y gestionar los sistemas de consecuencias (en todos los sentidos que ellas puedan tener) bajo tal enfoque. Esto contribuiría también a multiplicar el amor y la fidelidad a la organización y su marca corporativa, dentro y fuera de ella.
10. El desarrollo integral de todas y cada una de las personas que integran la organización, enfocado al desarrollo de sus marcas personales, siempre será una inversión inteligente, rentable, imprescindible e impostergable, porque equivale a invertir en la marca corporativa y su posicionamiento. La ausencia de esa inversión siempre será un claro indicador de la falta de inteligencia gerencial, al tiempo que síntoma definitivo de un liderazgo enfermo. Porque la razón de ser de la gerencia, especialmente si ella se basa en el liderazgo, son las personas que integran la organización. Las diferencias visibles en este tema en el accionar gerencial de muchas de ellas, determinan las que luego resultan evidentes en sus resultados, su competitividad y su posicionamiento de mercado y social.

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